14.4.07

Track 40: Salud Pública y Transantiago Experience (Drama en 3 actos).

Primer Acto

Llego con cara de confundida al consultorio más cercano a mi hogar.

- Hola, tengo hora con el médico -dije tímidamente, entre el tumulto de gente que esperaba su turno mientras veían el matinal de Chile en la tele enana que había.
- Ya, mira, es por ese pasillo, al fondo -me responde la mujer.
- Ok, gracias.

Camino hacia el lugar indicado. Me siento. Huele a salud pública, pienso. Un cabro chico se sorbetea los mocos a mi lado. Después de un rato sentada, llega la recepcionista y me pregunta si tengo ficha en el consultorio. Le dije que no. Me mandó al mismo lugar de donde venía inicialmente a que me la hicieran.

- Hola. Me dijeron que viniera para acá para que me hicieran la ficha para que el doctor me atienda.
- Ok, espérame un poquito.

La mujer va a buscar una ficha, y empieza a preguntarme los datos personales.

- ¿Cuál es tu nombre?
- ******** ********* ****** ***** (la editora -o sea, yo- ha decidido omitir esta información, para que la escritora -o sea, yo- no tenga problemas con la justicia -ni me persigan los fachos qliaos que de vez en cuando llegan a putearme idiotamente)
- ¿R.U.T.?
- **.***.***-* (no es braille, es mi rut censurado)
- ¿Tienes FONASA o isapre? -pregunta weona, si tuviera isapre significaría que tengo plata, ergo, no estaría yendo al consultorio.
- FONASA -respondo amablemente, obviando mis pensamientos.
- ¿Qué grupo?
- Eeeeehh... no tengo idea.
- Ya, toma.
- Gracias.

Fran lleva su ficha con alegría; aunque no se le note, porque son las 8 am.

- Ya. Aquí está la ficha.
- Ok, espera un momento, ya te van a atender.

El momento dura como media hora.

- ¿******** ******?
- ¿Si?
- Pase.

El doctor atiende a Fran. Por motivos que en realidad no voy a detallar, termina derivándome al Hospital en Santiago -no vivo en Santiago, pero no diré la comuna para que los fachos no lleguen a allanarme la casa y me quemen los libros prohibidos que tengo.


Segundo Acto

Fran se dirige a Santiago. Sería su primera experiencia andando en micro luego de la implementación del Transantiago. Temía.
Luego de llamar al teléfono de informaciones donde orientan a los newbies como yo, tomé nota y partí.
Llegué a Estación Central. Ahí debía tomar una micro en Matucana con Alameda y luego cambiar de micro en Walker Martínez con San Pablo. Fácil, pos loco. Terrible fácil. Yo no sé de qué chucha se quejan tanto.
Diez minutos... no hay micro... veinte minutos... no hay micro... y me servían dos: la 406 y 407. Y abundaban de muchos números, menos las que me servían.
Treinta minutos, "voy a llegar atrasada", pienso. De repente, como en una aparición bíblica misteriosa, veo que viene una micro... REPLETA. No para. Miro a mi alrededor. El paradero se llena de personas. Personas con las cuales deberé librar la ardua batalla para poder subirme cuando llegue la bendita micro.
Otra micro. Llena. Cuarenta minutos. Llegan los pacos, la gente se queja. Otra micro. Los pacos la obligan a detenerse. Se bajan algunas personas, y el shileno pícaro aprovecha para subirse como sea a la micro, porque en ese momento se olvidan los modales y las buenas costumbres (si es que alguna vez las tuvimos). Fran es una chilena pícara más y se sube. En momentos como esos es rico sentir esa extraña -solidaridad- con- el- extraño -que- está -igual -de -cagado -que -uno; un par de hombres se preocuparon de que me subiera, entre el tumulto. Me sentí como entrevistada promedio de meganoticias. El drama humano tras el Transantiago y weá.
Como estaba medio perdida, le pregunto a un caballero dónde tenía que bajarme. El viejo re****** estaba más perdido que yo, pero me dí cuenta cuando me baje. Maldición, me bajé como ocho cuadras antes. Y tanto que me costó tomar la p*** micro.
Después de un breve llanto tipo colapso-nervioso-drama humano tras el Transantiago-Meganoticias style, necesitaba fumar. Así que partí a un local amigo que había cerca, con un caballero amigo que me atendió amablemente y me dio algunas indicaciones para llegar a mi destino. Y me vendió los cigarros también.
Tomé otra micro. Me bajé. Tenía que caminar unas cuadras, pero no sopesaba cuántas, así que estaba atenta por si venía alguna micro o colectivo. En eso, diviso un colectivo. "¡Qué rico!", pensé. Papanatas: faltaba como una cuadra para llegar al hospital, por lo cual mi periplo en el colectivo se limitó a dos minutos. O menos.


Tercer Acto

Me atendieron en el hospital. Se demoraron como tres horas, eso sí. Pienso que ya no hay colas en los hospitales ni consultorios; ahora compraron sillas al por mayor, así que esperai sentado. Tres horas ahí. Pero sentado, pos weón. Otra coooosa; hoy estamos bien, mañana mejor, decía alguien por ahí.
Me regalaron pastillitas y fui feliz, porque se me habían acabado y son re caras las porquerías.
Salí del recinto hospitalario (suena periodístico eso), y crucé la calle para tomar alguna micro.
Le pregunté a un par de señores que había en el paradero qué micro me servía, porque llamé para preguntar cómo me iba al hospital, pero no cómo me devolvía. Y a pesar que era una tontera, desde cierto punto de vista, tomé una micro que me dejó en la estación de Metro Quinta Normal. De ahí era cosa de llegar a Estación Central y mi periplo terminaba su parte incierta.
Me bajé de la micro.

Ya era de noche. Sentí que una gota rozaba mi cara.

¿Llovía?

Si, llovía...


3 comentarios:

Anónimo dijo...

TANTA WE'A PA TERMINAR CON ESA FRASE WN.... CASI ME HICISTE LLORAR.... ESE:
"Ya era de noche. Sentí que una gota rozaba mi cara.

¿Llovía?

Si, llovía..."

WENO.... LA UNICA WE'A WENA QUE TE HE VISTO... TE FELICITO, VISTE QUE NO ERIS TAN WEONA TOO EL RATO GALLA!?!?

Anónimo dijo...

wena wena wena!! uta que me gusta tu blog, mu weno
agradable

Edgi

Daniel de Witt dijo...

Condolencias de nuevo. ¿Qué más puedo agregar? Eso del Transantiago les pasa por votar a izquierdistas arrepentidos, como la Concertación, ante el espanto que provocan UDI y RN.
¿A quién se le ocurre entregarle el servicio público de transporte a empresas privadas?